viernes, 1 de marzo de 2013

Hay días

Recorrerte,
cual felina sinuosa,
por los bordes de tu piel,
en el tobogán
de tu  ombligo
me pierdo
una
y otra
y otra vez.
En  la depresión
de tu vientre
queda el tiempo detenido
duermen mis labios sedientos
aunque ya te hayan bebido.
No hay sueño que te sueñe
ni carcelero que te aprese
ni deseo mas ardiente
que el que palpita
en nuestras sienes.

Hay días,

en los que te anhelo
con cada molécula de mi cuerpo,
con cada neurona de mi cerebro.