Mi nacimiento (el de hace 50 años) fué algo dificil, y si no, que se lo pregunten a mI madre.
Gracias mamá por no rendirte y empeñarte en que yo naciera viva a pesar de que el momento pintase bastante negro. Lamento mucho no haber sabido agradecertelo desde el primer momento y de haber necesitado tanto tiempo para salir del sock de aquel esfuerzo. Disculpa por toda mi incomprensión y lucha -resistencia- posterior a aceptar este regalo que es la vida...
Me costaba mucho comprender cuando decías que la vida era muy bonita; había tanto dolor, lágrimas, desencanto y derrotas a mi alrededor que me resultaba casi imposible entenderlo, eso sí HABÍA QUE SABER VIVIRLA,
Desde hace tiempo vengo descubriendo la sabiduría de tus palabras , hoy estas muestran más luz que nunca
Creo que por fin se cierra este círculo por el que he transitado tanto tiempo, se cierra con la comprensión de la niña que fuí, aquella niña que miraba hacia la vida sin comprender nada. Sorprendida, maravillada y perpleja con la materialidad de todo lo que la rodeaba.
Reconozco que la materialidad -todas las formas de la vida, incluyendo la muerte claro está, y las representaciones de lo interno, que es otra forma más de la vida - me ha impactado en demasia (me sigue impactando pero afortunadamente de otra manera).
Ha sido una guerra sin cuartel entre opuestos.
La asfixia que se produjo durante el parto, la batalla que libraron aquellas dos mujeres (mi madre y la comadrona) para que la vida imperase... Ese esfuerzo... dejó su huella bajo la apariencia fragil y rotunda de la suceptibilidad extrema a todo atisbo de riesgo,peligro y alarma vital. Hoy descubro al ser diminuto que se debatía entre el deseo del SI y las circunstancias del No ,y ese ser soy yo. Ahora comprendo que el miedo estuviese tan impreso en mí, durante todo el tiempo; comprendo que el fatalismo rozase mis talones a cada pasos. Comprendo el sentir la cuerda floja bajo mis pies, y que eso favorecía una inseguridad extrema. Descubro esa constancia imperecedera de la vida y la muerte, en cada acto. Convivir desde muy temprano siendo consciente de la mortalidad no es fácil.
Hoy sencillamente comprendo y acepto el aquí -ahora. Me dejo de escondites (encierros) buscando seguridad.
Hoy, como ayer, vuelven las palabras de mi madre a mí diciéndome VIVE.
Dentro de unos días será mi cumpleaños, creo que estoy preparada para nacer